Cada vez somos más los que utilizamos complementos alimenticios para mejorar
el rendimiento en la práctica deportiva. Concretamente los complementos ricos
en proteínas son la estrella en los gimnasios, pero
su abuso puede ser
muy perjudicial para nuestra
salud.
Las proteínas son necesarias para el crecimiento muscular, y es que son las
causantes de la formación de nuevas fibras. Las encontramos habitualmente en
los alimentos que consumimos a diario, aunque en fases de aumento muscular
muchos de nosotros echamos mano de preparados que contienen proteínas. Estos
productos los debemos consumir con moderación, pues
un abuso nos puede
traer graves consecuencias.
El exceso de proteínas es la causa de numerosas enfermedades como
trastornos
cardiovasculares. Esto es debido a que la mayoría de las proteínas,
concretamente las de origen animal van acompañadas de grasas saturadas que
ayudarán a aumentar nuestro colesterol y con ello a obstruir nuestras arterias.
Además es una forma de empeorar la circulación sanguínea y con ello el riego de
nuestro cuerpo.
La obesidad es otro de los efectos derivados de la ingesta
excesiva de complementos proteicos, y es que esta grasa que la suele acompañar
es la causante de un mal funcionamiento orgánico en lo que a asimilación de las
grasas se refiere.
Un consumo continuado de proteínas puede producir una sobrecarga en el
organismo.
Los riñones y el hígado se pueden ver afectados,
pues son los encargados de eliminar las sustancias de desecho que generan las
proteínas como son el amoniaco, la urea y el ácido úrico. Además, la proteína animal
ayuda a la formación de cálculos renales, pues con ella se elimina mucho calcio
que se depura a través de los riñones y se queda acumulado formando piedras.
Esto es precisamente lo que genera que las personas que tienen una dieta
rica en proteínas tengan en ocasiones
problemas de asimilación de
calcio, y es que la proteína aumenta los niveles de fósforo que es uno
de los principales causantes de la mala asimilación cálcica. A esto le debemos
sumar que la proteína libera amoniacos que nos pueden provocar cansancio y
cefaleas, y en ocasiones hasta nauseas.
Para evitar esta pérdida de minerales
es importante que consumamos
muchas frutas que equilibren el ph de nuestro cuerpo evitando la
desmineralización, pues ellas nos aportan las sustancias alcalinas básicas que
nuestro cuerpo necesita para poder funcionar correctamente.
Es importante que mantengamos un equilibrio en la ingesta de proteínas, pues
muchas veces echamos mano de los complementos cuando ya estamos siguiendo una
dieta rica en este nutriente. Si esto es así,
es suficiente con la
dieta para mantener los niveles que necesitamos para conseguir un buen
desarrollo muscular.
Por Lorena Rodríguez y Haridian Negrín (4ºD, curso 2011-2012)